Este taller combina movimiento rítmico y lenguaje y logra que la comunicación sea más eficiente. Se diferencia de otras técnicas vocales por estar basado en la fuerza curativa de la voz y la palabra, así como el efecto positivo de ciertas combinaciones sonoras, dinámicas del lenguaje y ritmos. Es a través de estos elementos que se aprende el correcto uso de la respiración y colocación de la voz, así cómo a dar expresividad al lenguaje, a la vez que se activan las conexiones neuronales (sinapsis), lo que produce un reequilibrio físico y emocional.

Los contenidos teórico-prácticos del taller sigue un método original creado por Tamara Chubarovsky, que nos ayuda a mejorar nuestras capacidades comunicativas dando mayor expresividad y proyección al lenguaje y también puede ser efectivo para armonizar algunos problemas de la voz. Además nos acerca a un encuentro con nosotros mismos y nuestra voz auténtica.

Cada vocal y cada consonante tiene una energía propia y un efecto específico sobre el organismo y el estado de ánimo. Unas dan calor, entusiasmo, energía, otras relajan, nos ayudan a fluir serenamente, otras nos centran, nos dan seguridad y sostén, otras nos dan alegría y vitalidad.

Hay combinaciones sonoras que dan mayor proyección a la voz y otras nos colocan nuestra voz correctamente, unas nos abren al entorno  y otras nos llevan hacia dentro. En este sentido, los sonidos de nuestro propio nombre nos pueden dar una hoja de ruta que moviliza de manera simultánea la voz, la comunicación y la conexión emocional. Los sonidos de nuestro nombre contienen información que nos ayuda a conectar con nuestra tarea vital, desafíos y potencial.